La Cofradía de Santa María la Mayor no sólo veló por sus propios fines, sino también por los de la cultura y los bienes materiales de los vecinos de Vilafrana. Entre otras actuaciones, acordó construir una nevera “para el bien público” en la sesión celebrada en el año 1647. Se trataba de una cueva construida con piedras agujereadas, en cuyo interior estaba instalada la fuente de la nevera, que daba nombre a aquél lugar. Estaba ubicada en el cruce de la calle La Balsa, San Miguel y el Cid, probablemente, fuera del recinto amurallado medieval. Desapareció en la segunda mitad del siglo XX.

Allí mismo, se encontraba también el Olmo de la Nevera, que desapareció probablemente por la escasa preocupación en proteger el patrimonio ecológico - botánico de los ciudadanos.

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