Uno de los elementos más emblemáticos de Borriol es su castillo roquero. Este preside el anfiteatro
montañoso que rodea las calles del núcleo antiguo. Su estructura es fruto de la construcción islámica
y las posteriores reformas cristianas, aunque hallazgos de restos ibéricos y de la edad del bronce a la
suya vertiente podrían estar indicando una ocupación anterior del tozal.
La técnica constructiva predominante es la tapia de masonería, de tradición andalusí y consistente en
un encofrado de madera colmatado con capas alternas de argamasa y piedra. La planta es irregular y
cuenta con torres, aljibes y un nivel inferior compuesto por una muralla que defiende el camino de
acceso a la fortaleza.

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